No es un revés definitivo pero sí complica el trazado y reduce notablemente el margen de error, no puede fallar ni contra México ni frente a Polonia, sus próximos adversarios.

Nadie pensaba que el final del impecable recorrido del conjunto de Lionel Scaloni con treinta y seis partidos sin perder, al borde del récord de Italia, sin encajar gol alguno en los cinco últimos, se iba a estancar ante un equipo como Arabia que obtuvo un triunfo histórico y provocó una convulsión en Messi y compañía.

No tenía un comienzo tan malo Argentina en un mundial desde que perdió con camerún en Italia 1990. Seis victorias y una sola derrota alentaban la puesta en escena de la albiceleste que afrontó su llegada a Doha plagado de esperanza. Un momento por el que han aguardado cuatro años. El último baile de Messi.

Mal día para conmemorar la quinta presencia mundialista de la estrella argentina que elevó su cifra de goles, a siete pero que no fue suficiente para evitar el desastre de su selección en Catar.

No fueron suficientes unos cuantos destellos en la primera parte para sacar adelante la puesta en escena en Qatar 2022. No fue capaz de marcar en juego Argentina que solo batió la meta asiática desde los once metros.

Y eso que el compromiso del estreno era ideal para Argentina, una selección que arrastra una gran dependencia sobre un seguidor obsesionado con el triunfo en una Copa del Mundo que corone, sin discusión, a su ídolo, Leo Messi.

No le hace falta al astro el respaldo de esta Copa. Es adorado por donde quiera que va. Especialmente en Oriente, donde el fútbol es más de ídolos que de equipos, de iconos que de clubes. Fue evidente desde minutos antes del arranque. Cuando saltó a calentar Argentina, en cada balón que tocaba. El interior del estadio de Lusail rugía. No solo por el fan albiceleste, numeroso, sino también por el local.

Se queda sin margen de error Argentina en el Mundial. Espera a México y después a Polonia con necesidad de ganar para prolongar el sueño de todo un pueblo.