lunes, marzo 20, 2023

Reina, la predicción incumplida

Leer más...

Juan Ramón Martínez

No podemos afirmar que Reina se equivocó al predecir que Mel Zelaya destruiría al PL. Las acciones: obtención de candidatura, traición al PL y lucha por destriparlo, son verificables. Los resultados se han postergado, más por la resistencia de los líderes liberales, las circunstancias que no le han sido favorables; que falta de ganas de hacerlo. Porque, en la práctica, se produjo en la mayoría de la población más consciente del país, el temor que, si desaparecía el Partido Liberal, desaparecería Honduras y sus instituciones. Los líderes liberales en su mayoría, han opuesto resistencia. Pocos, han reaccionado afectados por un complejo de culpa falso por los hechos del 2009, — el síndrome de Estocolmo–, colaborando en la destrucción del PL, mediante el intercambio de favores y posiciones presupuestarias. Pero la mayoría, han opuesto resistencia, con voluntad de hacer imposible la terrible predicción del ex presidente Reina.

Castro en Cuba, destruyó a los partidos, –menos el suyo que lo constituyó alrededor de su figura—, desprestigió a los líderes bajo la acusación de servidores de Batista; y, de consiguiente, suprimió las elecciones y desarboló el sistema democrático. Destruyó a Cuba y empujó a su pueblo a una pobreza que, el único mérito es que, igualó a todos en las desgracias, menos a la nomenclatura que se instaló en una burbuja, donde las carencias generales no se hicieron presentes. Parte de esa burbuja, se mantiene unida porque si no lo hace, desaparece; especialmente las Fuerzas Armadas que terminaron constituyéndose en el eje del poder, en el partido armado; y, la base de una revolución que desde 1968, concluyó, pero la mayoría de los cubanos, no lo saben todavía.

Mencionamos lo anterior porque, vemos un lejano parecido con lo que está ocurriendo en Honduras. Zelaya no ha asaltado al “Cuartel Moncada”. Y en el 2009, las Fuerzas Armadas que controlaba por la adhesión de Romeo Vásquez, le desobedecieron. Pero ahora, aparentemente y como lo han publicado anónimamente algunos oficiales desafectos, ha logrado articular, en el interior de las mismas, una línea de mando alterno, que le permite mantener las apariencias; pero que le da la dirección de la institución a un equipo dirigido por él y aparentemente, sin que su principal ejecutor, sea el jefe del Estado Mayor Conjunto.

Si Manuel Zelaya no pudo destruir al Partido Liberal porque la resistencia del PL ha sido formidable, la alternativa que queda, excluido el tema electoral que difícilmente podrán remontar favorablemente, en el supuesto caso que el fin sea la destrucción de Honduras, quedan dos esquemas probables: romper con los Estados Unidos y hacer de las Fuerzas Armadas –con el apoyo de los cubanos y los venezolanos— la fuerza con la cual tomar y destruir todas las instituciones republicanas. Y disciplinar a los colectivos. Porque Zelaya no las tiene todas consigo. En Libre hay luchas por la candidatura presidencial: Moncada, Cálix y Rodas, luchan contra Xiomara que, prefiere a su hijo mayor. Olvidando que la Constitución, se lo impide expresamente.

No todos los opositores tienen conciencia del peligro. Confían que Estados Unidos establecerá el orden. Y creen que, ya ha empezado a castigar al gobierno. Pero, pasan por alto que la política, no tiene como finalidad destruir al adversario, sino someterlo para que siga las líneas de la mayoría. Es decir que no hay que eliminar a Mel, sino que impedirle que nos imponga su voluntad. Para lograrlo, no todo es confrontación directa, sino que, también aproximación indirecta. Hay que evitar que Zelaya se sienta ridiculizado; y que, todos se burlen de sus torpezas. En algunos casos incluso, hay que dejar que gane algo, para no avergonzarlo; y al final, siguiendo las reglas de los deportes japoneses: usar su fuerza para inmovilizarlo. Pero sin sacarlo del círculo como en el 2009; error que, debo aceptarlo, no se debió cometer. Pudieron bregar con él y dejarlo que terminara su periodo. Haberlo sacado de la política y convertirlo en víctima, fue un grave error, cuyos resultados estamos sufriendo. Más bien, deben derrotarlo; pero sin avergonzarlo, incluso en algunos casos. ayudándole porque él, por ejemplo, no controla a Libre que, por la acción de los colectivos, más bien está perdiendo su dirección y control.

En fin, hay que preservar la vida democrática. Sin incurrir en acciones ilegales; o antidemocráticas, para defenderla.

- Advertisement -spot_img
- Advertisement -spot_img
Honduras

Nasralla anuncia una alianza de los hondureños contra la izquierda socialista antidemocrática del partido Libre

El designado presidencial, Salvador Nasralla, aseguró que durante las elecciones generales 2025 establecerá una alianza con la derecha de...
- Advertisement -spot_img

Más Noticias

- Advertisement -spot_img