Lic. Gustavo A. Milla Bermúdez
El mundo de la política no es nada fácil, es un mundo más complicado por tener conceptos llenos de intereses mezquinos contra el hombre mismo. Muchos saben lo que es la “Maldad y Traición”. Quién quiere acostarse y hacer convenios con un traidor como “Mel” y Xiomara Castro, pues ya demostraron su baja calidad humana de principios no de dudosa reputación, sino de hechos comprobados de poca moral y dignidad, pisoteando el derecho y deberes de los demás, sin embalajes ni tapujos. Cómo es posible que “Mel” tenga el valor moral de proponer unirse con el Partido Liberal, cuando él mismo lo traicionó. Qué descaro, no hay vergüenza alguna y dignidad, como el rescoldo del lodo en un pantano. “Mel” no se ha dado cuenta que en el plano de la sociología política y de los sistemas del servicio a las doctrinas, sobre el pensamiento de las clases sin haberes, hay otra cosa más fecunda, otra manera de hacer política más grande, otros medios más nobles, otros caminos más puros de trabajar por el triunfo de los ideales.
De lo contrario solo sirve para lograr batallas sin eficacia que son transitorias, efímeras y flamígeras que se consumen en cenizas llevándolas el viento porque no se dirigen a procurar la salud colectiva en beneficio futuro del “pueblo y para el pueblo”. Qué nos demuestra el gobierno de la Presidente Iris Xiomara Castro y su asesor-concubino José Manuel Zelaya Rosales y el séquito del nepotismo en todo el engranaje del Estado. Es totalmente un fracaso y por ello buscan alianzas en la desesperación que se están bebiendo el caldo de sus propias contradicciones. Se olvidó la señora Presidente de las promesas incumplidas con el mayor desdén y sin empacho de moral y ética alguna. Dónde están los fracasos consumidos: número uno: atrapar el presupuesto y poner en su cuenta de partida confidencial la suma de 17,000, millones de lempiras a su favor. Número 2. “Mel” substrajo millones de dólares de las bóvedas del Banco Central, ¿dónde está el dinero? Número 3. Son candil de la calle y oscuridad de su casa. Trajeron médicos y maestros cubanos encubriendo doctrinarios-comunista pagados en dólares. Dejando relegado a nuestros mentores, médicos y enfermeras que trabajaron con tesón en plena pandemia del Coronavirus. Número 4. El pueblo solo observa cómo se reparten los mejores puestos de la administración pública entre sus hijos, hermanos y toda la prole- Castro-Zelaya. ¿será nepotismo? Número 5.
La desvergüenza de la diplomacia al estilo de la señora Presidente que les dio 30 días a diplomáticos de Taiwán para que desocupara el país. Que falta y poca de ignorancia no darse cuenta que afecta enormemente a muchos jóvenes que estudian bajo becas otorgadas por el gobierno de Taiwán, más otras ayudas que otorgaba el gobierno amigo. El gobierno de Taiwán tenía programas de vivienda para el pueblo de Honduras, construían escuelas, donaban dinero para diferentes actividades inherentes al gobierno de Honduras. Número 6. El haber hecho tratado con la China comunista continental, con el afán momentáneo de adquirir más dinero en dólares para su peculio y beneficio solo para la familia Zelaya-Castro. Ese acto ha provocado malestar en Washington y está en boga el “TPS”, que afecta a miles de compatriotas que residen en la unión americana. “Lo que sí creo y no lo dudamos los hondureños que Nicolás Maduro, Daniel Ortega y Canel de la Cuba comunista, nos van a dar ayuda masiva para el desarrollo del país como viven ellos.
Son pueblos que no sufren de nada. Solo sufren de hambre, miseria y libertad. El llanto se convierte en sonrisas para mitigar la desgracia que le ofrecen los dictadores comunistas bailando en el jolgorio a todo son en nombre de sus pueblos esclavos. Por eso es que “Mel” está desesperado en construir alianza con el Partido Liberal o cualquier otro partido, no importa cómo, si de todas maneras mañana los traicionará como hizo con Nasralla. ¿Quién quiere acostarse con un traidor? El Partido Liberal jamás hará contubernio con malvados, traidores y perversos. Hay algunos diputados liberales que les gusta el tilín, tilín. Esos hay que expulsarlos del partido, son traidores y corruptos. Hay que encerrarlos o desterrarlos al pantano del olvido.