Agustín Barletti, en su libro “El Hambre del Dragón: el plan de China para comerse al mundo”, detalla el alarmante grado de penetración del régimen en la región. “Ya saquearon África”, advierte
Por
Fernanda Kobelinsky
Entrevista a Agustín Barletti – China Es El Usurero De América Latina
La investigación de Agustín Barletti recopila una a una todas las incursiones del régimen chino en América Latina. Describe el inquietante modus operandis del gigante asiático para saciar su sed expansionasita y detalla la operatoria sigilosa con la que logra, “a billetera abierta”, como dice él, manipular votaciones en organismos internacionales, y apropiarse de recursos naturales y soberanía en la región.
En diálogo con Infobae, analiza la situación en todos los países del bloque -afines ideológicamente al régimen de Xi Jinping y no tanto-, e implora mirar hacia África para conocer el futuro que nos espera si los líderes latinoamericanos no ponen un freno a Pekín.
China, en los últimos años, se ha convertido en un prestamista de emergencia para los países que están teniendo más dificultades para acceder a préstamos convencionales, como los del Fondo Monetario Internacional o del Club de París. Entonces, a diferencia del FMI, que presta el dinero y quiere cobrar lo que presta, y que para ello propone algunas recetas de ajuste que a muchos gobiernos, sobre todo a los populistas, no les gusta, China presta a billetera abierta y no le interesa nada. Al contrario, no tiene ningún interés en que le paguen la deuda, tampoco se fija si al gobierno al que le prestan es un gobierno legítimo, si se respetan o no los derechos humanos o la libertad de prensa. A China le interesa que el país quede endeudado para poder influenciarlos, ya sea consiguiendo decisiones a favor en organismos multilaterales como en Naciones Unidas, quedándose con activos o tomando actitudes que violan la soberanía de los países.
¿Me puede dar un ejemplo?
En Argentina están las 200 hectáreas en la provincia de Neuquén cedidas por 50 años renovables a China para colocar una base espacial que está manejada por el Ejército Popular de Liberación. Allí están exentos de todos los impuestos y si Argentina, dueña de la soberanía, quiere saber qué pasa en esa base tiene que pedirle a los chinos por escrito para visitarla, con tres meses de anticipación, y solo lo dejan estar una hora… Eso solo alcanza para ver la recepción, dónde está la foto de Xi Jinping y la de Mao, nada más. Mientras, tienen una antena con la altura de un edificio de 16 pisos, que pesa 200 toneladas y desde ahí se puede saber todo lo que pasa en el hemisferio sur…
Otro ejemplo es Perú, donde se está construyendo un mega Puerto de Chancay, que está violando todas las normas habidas y por haber desde el punto de vista ambiental, incluso se está haciendo un túnel por debajo de un pueblo arruinando los humedales, y los peruanos no dicen nada. Hay una organización que lleva a cabo un Índice Mundial de Penetración China, y cuando vemos el ranking de Latinoamérica, yo pensé encontrarme con Venezuela o con Ecuador en la cima, pero el país más penetrado por China es Perú, que tiene hasta a funcionarios chinos participando en cómo se arman los planes de estudios en las universidades peruanas, con periodistas peruanos viajando a China para capacitarse en las cadenas de comunicaciones estatales, hay intercambio de militares…
En Argentina se produjo hace ya unos 15 años un accidente ferroviario muy grave que se conoció como la Tragedia de Once, donde hubo muchos muertos. Una tragedia que también demostró las falencias que tenía el sistema ferroviario argentino. Y al otro día de la tragedia, ya los chinos estaban tocando la puerta y ofreciendo dinero. Pero cuando uno analiza, China presta el dinero pero Argentina no puede comprar trenes en Bélgica, en Alemania o en Estados Unidos. Argentina con ese dinero tiene que comprar trenes chinos, con repuestos chinos y con personal chino. China no presta, China financia así su industria. Y esto se vio también con el Metro de Santiago de Chile, con el Metro de Bogotá, se está viendo con el Tren Maya, que es una obra que en México tiene cada vez más detractores. Fue una de las 100 promesas de campaña de López Obrador y ahora se están dando cuenta de que se está gastando más del doble y hay severos cuestionamientos ambientales.
¿Qué es lo que tiene América Latina que es tan seductor para China?
— Sobre todo, los recursos naturales. China tuvo una primera incursión hace ya 50 años en África. En el libro, yo pongo el ejemplo que usábamos de jóvenes cuando uno empezaba a salir con una chica y para saber cómo era el futuro tenía que conocer a la suegra. África es la suegra que tenemos que conocer para ver cómo vamos a terminar. En África ya hay manifestaciones públicas anti China, hay centenares de gobernantes condenados, funcionarios de las empresas chinas condenados. Y hay casos como el de Kenia donde se acordó un intercambio de recursos naturales por inversiones en infraestructura y se frenó todo porque Kenia ya había dado USD 8.000 millones en recursos naturales y no llegaban a USD 1.000 millones las inversiones. Ahora la situación en África se les está complicando porque ya no hay mucho más para saquear y están buscando los recursos naturales dela región: el litio, el petróleo, el cobre, el oro, las oleaginosas… Todo eso es lo que China está buscando en Latinoamérica. Y, además, justo es decirlo, los espacios que alguien deja vacíos se llenan. Estados Unidos se está dando cuenta de esta situación y están dando cada vez más líneas de crédito e incluso hay líneas de crédito especiales para que los países se desendeuden de China.
— Hay que preocuparse mucho. La penetración está en grado creciente. Las empresas chinas son empresas estatales, que son brazos ejecutores del Partido Comunista. No nos olvidemos de que en China todas las empresas de más de 500 personas tienen obligatoriamente un miembro del Partido Comunista en el directorio.