Por, Juan Ramón Martínez
La orden de Castro, alineándose con China, en momentos en que arrecia la confrontación entre Estados Unidos y Pekín, es un error. Una indecencia éticamente. Una tontería económicamente hablando. Y un error político. Al final, desde la óptica geopolítica, una tragedia para Honduras.
La creencia que China, vendrá con los bolsillos rotos para resolver los problemas económicos del régimen que ha manejado mal sus finanzas, y que no ha logrado un acuerdo con el FMI, es ingenua. Las relaciones de China con los estados africanos son ejemplares. China, les ha torcido la mano a quienes no le han podido pagar. Para ejecutar los proyectos de su interés, ha llevado mano de obra china, obediente, barata; y, más productiva. Y al final, han tomado las aduanas -como Inglaterra y Estados Unidos en el pasado-para controlar sus puertos y pagarse lo debido. Porque saben identificar cuándo los que se le acercan, están desesperados.
La experiencia en Centroamérica, no es buena. Los proyectos ofrecidos, en la época del cortejo, no se han cumplido en Panamá, Costa Rica. Nicaragua y El Salvador. Los chinos saben que están ganando, que tratan con regímenes desesperados, dispuesto a entregar todo, incluido el honor. O que, por resentimiento con Estados Unidos, están dispuestos a pactar con el diablo.
China, anda en lo suyo. Quiere crear una base militar, política y económica en Centroamérica. Ahora controla los puertos de Panamá. Financiara un aeropuerto en La Unión para afectar Palmerola. A cambio, ha logrado que Honduras no ratifique el convenio que nos permitiría la salida al Pacifico; no darle continuidad al Canal Seco que une al sur con el norte, moviendo mercaderías del Pacifico al Caribe y viceversa; y, desanimado el plan de fortalecer su soberanía en Amapala. De este modo China, puede establecer en las islas salvadoreñas, una base militar con la cual atacar Estados Unidos e involucrar a Honduras en una guerra en la que, lo único que pondremos serán los muertos. Y contando con el respaldo inocente de los hondureños.
En términos económicos, la balanza comercial con China es negativa. China no muestra interés en revertir la situación. Compramos más de lo que vendemos. Los empresarios compran barato para mantener el comercio, con consumidores poco exigentes. Además, están interesados en materia primas y nuestra capacidad de exportación es limitada. Incluso, no tenemos fuerza para ser autónomos en materia agropecuaria. Solo en frijoles lo somos. Dependiendo de los inviernos. Y los chinos no quieren camarón, o tilapia. Tampoco, beben café.
Como estos argumentos son obvios, la pregunta es: ¿qué busca el gobierno, con esta iniciativa que afecta a Honduras? Los intereses nuestros están en Estados Unidos: remesas, mercados, -compradores y vendedores- y la soberanía, se protege mejor dentro de occidente: equipo, doctrina, entrenamiento y estrategias. Entonces, queda pensar que Libre quiere usar la amenaza de alinearse con China, Cuba, Venezuela, Irán y Rusia, en contra de Estados Unidos, para doblarle el brazo a la primera potencia mundial, vía chantaje. China, que conoce al gobernante hondureño, ha puesto condiciones terribles: determinar quiénes son los amigos y los enemigos de Honduras. Es decir, quitarle soberanía a nuestro país.
No creemos que la iniciativa provenga de China. Esta es intención de Tegucigalpa. Y el motivo es que Estados Unidos, no quiere darle ayuda al gobierno de Castro Sarmiento. Es decir que, el chantaje es, contra Washington.
Las declaraciones del Canciller Reina, lo confirman. Las motivaciones políticas, hay que buscarlas en la persona que dirige la política exterior. Que no es la Presidente. Y menos Manuel Zelaya, sino que un joven poco conocido; y, sin experiencia; pero valiente y atrevido. Y menos, creer que este chantaje es nuevo. Arturo Corrales lo intentó en tiempos de JOH. El intercambio era: rompimiento con Taiwán a cambio de pago de deuda externa, cosa inaceptable entonces para China. Entonces, JOH no corrió el riesgo por el alto valor político que tendría en las elecciones generales. Cosa que los estrategas de Libre deben considerar, porque puede tener mucho peso entre el electorado, una decisión como la que nos ocupa. Movilizando al electorado, en contra suya.
Y para Libre perder las próximas elecciones es algo muy grave. Por eso, no hay que descartar que este chantaje, no funcione. Y que, las cosas vuelvan pronto a su lugar. Como antes.