El asesor presidencial, José Manuel Zelaya, dijo este lunes que por ahora el término de «privatización» en los centros penitenciarios del país no se contempla.
El también expresidente de la República (2006-2009), afirmó que hay posibilidades de resolver el problema -de reyertas en las cárceles de Honduras.
«La crisis continúa heredada, grave, porque es estructural. O sea, usted puede quitar a una persona u otra, pero la crisis está enraizada en la forma en que operan esas escuelas del crimen», manifestó Zelaya.
Seguidamente, agregó que «si se pueden encontrar respuestas y esperamos que en el transcurso de los días buscar alguna salida, no son salomónicas. No es que la presidenta tenga una barita mágica que se fue Juan Orlando pero todo lo demás queda arreglado».
De acuerdo con el exgobernante hondureño, estos últimos hechos violentos suscitados en cuatro cárceles del país, podrían ser un ataque al plan de seguridad que implementa la mandataria Xiomara Castro.
«El plan de solución conta el crimen está sometido a un ataque y por tanto se sincronizan en este tipo de organizaciones delictivas y parte de un crimen que verdaderamente está organizado. Nadie puede organizar en cuatro cárceles al mismo tiempo la misma actividad», sostuvo Zelaya.
Problemática en cárceles de Honduras
Al menos un muerto y siete heridos es el saldo de un motín simultáneo entre dos bandas rivales registrado el pasado sábado en cuatro cárceles de Honduras.
Las riñas se dieron entre reclusos de las pandillas Mara Salvatrucha (MS-13) y Barrio 18, según las autoridades penitenciarias.
Los hechos se registraron en las cárceles de «El Pozo» en Ilama, Santa Bárbara; «La Tolva» en Morocelí, El Paraíso, y dos cercanas a Tegucigalpa, la capital de Honduras.
Las cárceles de Honduras son consideradas una «bomba de tiempo», por el hacinamiento, los problemas de infraestructura y un gran número de presos en detención preventiva.
El sistema penitenciario de Honduras, compuesto por unas 26 cárceles, alberga a 19.658 presos, cuando su capacidad máxima es de 8.000, y menos de la mitad de los reclusos han sido sentenciados, según cifras oficiales.
El 4 julio de 2022, un enfrentamiento entre pandilleros presos culminó con seis reclusos muertos en el penal de Santa Bárbara.
Y el 27 de enero de 2022, cuatro reclusos murieron y otros 11 resultaron heridos en un enfrentamiento entre reos en la cárcel de El Porvenir, en Atlántida.
