Fotografías de Victor Galeano y texto por Chris Aimes (Fragmentos traducidos al español por El Periódico.HN). Visitar fuente original para ver artículo completo: Guardians of the Río Gualcarque.
En Honduras, el 98% de los crímenes violentos no son resueltos.
En algún lugar de esa turbia cifra, se encuentra Berta Cáceres, la ambientalista y lider del pueblo Lenca. Asesinada en el despertar de una violenta disputa de tierras, sus seguidores continúan luchando contra un gobierno que ven como explotador y codicioso.
Por medio del voto, peticiones o machete- el pueblo Lenca defiende su tierra.
Los lencas han expresado su fuerte desapruebo de las represas propuestas, conocidas colectivamente como Agua Zarca, pero sus quejas cayeron en oídos sordos. Estancamiento político dio paso a una convulsión violenta, dejando docenas de manifestantes detenidos por la Policía.
El conflicto se viene dando de legislaciones aprobadas en el 2010, las cuales otorgaron a las empresas el derecho de construir docenas de represas hidroeléctricas a través del país- incluyendo el territorio habitado por el pueblo Lenca.
«Fue un asesinato político, no cabe duda», dijo Austra Berta Flores López, la madre de Berta Cáceres.
Berta Cáceres fundo el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH). Desde su creación, Cáceres y todos a su alrededor han sido acosados, amenazados y perseguidos. «Teníamos órdenes de matar a todos los miembros del COPINH en el área», dijo Gustavo Olvin, miembro del ejercito hondureño.
En los hogares Lenca, siempre hay una imagen de Berta Cáceres. Es un pequeño homenaje a su obstinada lucha contra la corrupción y al brillante camino que trazó.
Con la marginalización continua de los Lenca, y la violenta oposición que los enfrenta, me siento preocupado por el pueblo hondureño. Comunidades enteras están desapareciendo, historias familiares perdidas. ¿Quién contará sus historias?
El río Gualcarque no es una oportunidad de negocios; es una fuente de nutrición para los Lencas y un cuerpo de importancia espiritual y agrícola.
Desde temprana edad, a los lencas se les inculca una conexión metafísica con su tierra. Bajo su superficie, ellos creen que las aguas de los ríos guardan el legado de sus padres y el futuro de sus hijos.
«Hay listas de personas a ser asesinadas. En Río Blanco somos 20 en la lista», dijo Thomas Membreño, quien ha tomado el lugar de Cáceres como presidente del COPINH.
La organización ha jurado proteger la integridad del río. La pregunta aquí es: ¿quién los protegerá a ellos?