El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este lunes una orden para retirar a ese país del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP, por sus siglas en inglés), un ambicioso y polémico tratado que busca dar forma al mayor bloque económico del mundo.
El TPP fue suscrito en febrero de 2016 por 12 países que, juntos, representan el 40% de la economía mundial y casi un tercio de todo el flujo del comercio internacional.
Entre ellos, se encuentran tres naciones latinoamericanas: Chile, México y Perú.
EL TPP fue uno de los temas centrales en materia de comercio exterior del gobierno del expresidente Barack Obama, que invirtió unos 7 años en su negociación.
La salida de Estados Unidos fue una de las promesas de Trump durante la campaña presidencial.
¿Cómo afectará a América Latina?
Los analistas económicos pueden poner el grito en el cielo tras el anuncio de Trump, pero lo cierto es que la maniobra no ha tomado a nadie por sorpresa.
El nuevo presidente estadounidense es un crítico acérrimo de los tratados multinacionales, por considerar que no contemplan las prioridades estadounidenses y ponen los intereses comerciales por encima de la generación de empleo que él considera pivote de la economía.
Su triunfo en las urnas hizo temer lo peor entre los promotores del TPP. Porque el tratado aún espera por su ratificación y el asunto no es nada fácil: se requiere el visto bueno de al menos seis de los países signatarios y éstos deben representar al menos un 85% del Producto Interno Bruto (PIB) de los 12 combinados.
En la práctica, eso significa que no podrá entrar en vigor sin el visto bueno de Estados Unidos y Japón, que juntos equivalen al 79% del PIB del bloque. Los otros países, sumados, apenas llegarían a representar un 83% del ese PIB.
Así, el súper tratado económico podría estar herido de muerte antes de nacer.
Para los promotores del acuerdo en México, Perú y Chile, el anuncio dejó sin comenzar la fiesta de varios sectores que anticipaban una bonanza comercial.