NUEVA YORK.- El expresidente de Honduras Juan Orlando Hernández (2014-2022) se sentó el martes en un tribunal de Manhattan ante un juez, donde se declaró no culpable de los delitos de tráfico de cocaína y posesión de armas pesadas de los que le acusa el gobierno de Estados Unidos.
“No culpable, su señoría” respondió Hernández cuando el juez Kevin Castel, le preguntó cómo se declaraba de los cargos presentados contra él, y esas fueron las únicas palabras que pronunció el exmandatario, quien, como es habitual, dejó a su abogado Raymond Colón, que llevara la iniciativa.
En su primera comparecencia en persona ante la Justicia en Estados Unidos, adonde fue extraditado el pasado 21 de abril, Hernández apareció vestido con el uniforme de color azul, de la cárcel donde espera la celebración de su juicio y al entrar en la sala, con mascarilla, sonrió y saludó al público y a la prensa.
El juez adelantó que le gustaría fijar el 17 de enero del 2023 como fecha para el comienzo de la selección del jurado; mientras tanto, la siguiente vista fue fijada para el 28 de septiembre, para dar tiempo a la Fiscalía a reunir las pruebas en contra del expresidente y a la defensa para revisarlas.
DEFENSA PIDE UN MEJOR TRATO
Durante la vista, el abogado Colón denunció que en la cárcel de Brooklyn donde se encuentra detenido el expresidente “lo están tratando como a un prisionero de guerra, no como a un preso”.
El abogado, que subrayó que su cliente “no es un terrorista” y que “no ha hecho daño a nadie”, dijo que desde su internamiento se encuentra en régimen de aislamiento, no ha podido llamar a su familia, no puede consultar ni enviar correos electrónicos y solo ha podido salir a un lugar abierto a hacer ejercicio una vez.
Una situación, que, según su defensa, también estaba obstaculizando el contacto con Hernández.
A un grupo de periodistas, Colón apuntó que hoy había podido entregar a su cliente varios mensajes de familiares.