sábado, septiembre 23, 2023

InSight Crime: Los colectivos, las Cupaz y la búsqueda del híbrido perfecto

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11 JUL 2023 POR UNIDAD DE INVESTIGACIÓN DE VENEZUELA

Los colectivos surgieron en la década del 2000, cuando una red dispar de organizaciones políticas populares de izquierda recibió entrenamiento, financiación y armas del Estado, para luego recibir la orden de defender al presidente Hugo Chávez y a su Revolución Bolivariana contra cualquier enemigo.

Primero Hugo Chávez, y después su sucesor, Maduro, usaron los colectivos para imponer control social y político sobre las comunidades y para reprimir a la oposición política, muchas veces recurriendo a la violencia.

Los colectivos coordinaban sus acciones de manera sistemática con el Estado. Sus miembros engrosaron las filas de las fuerzas del Estado, como las abusivas Fuerzas de Acciones Especiales (Faes), o asumieron cargos en el gobierno, llegando incluso a ocupar cargos en ministerios nacionales. Al mismo tiempo, funcionarios del gobierno y de las fuerzas de seguridad se unían a las filas de los colectivos.

Pero cuando Venezuela se vio sacudida por las crisis política y económica después de que Maduro asumiera el poder en 2013, la naturaleza de los colectivos comenzó a cambiar.

El Estado venezolano necesitaba la ayuda de estas fuerzas, en especial para reprimir las protestas masivas que amenazan con sacar a Maduro del poder. Pero la crisis económica lo había dejado casi en la bancarrota, y ya no podía permitirse mantener a los colectivos con salarios.

La solución fue permitir que los colectivos se criminalizaran.

El gobierno les ofreció el control de los mercados negros de alimentos subsidiados, del gas de uso doméstico y de la gasolina, y miró para otro lado cuando algunos de esos grupos montaron redes de extorsión o participaron en delitos, como robos, secuestro y microtráfico.

“Aquí somos una mafia”, declaró un líder de un colectivo en el distrito 23 de Enero, de Caracas, en conversación con InSight Crime, bajo la condición de anonimato. “Estar en un colectivo te da más poder, más dinero, más oportunidades. Estar en un partido político significa hacer parte del sistema, pero estar en un colectivo es trabajar a otro nivel totalmente”.

Las Cupaz y la búsqueda del híbrido perfecto

Las Cupaz han incorporado las características paraestatales y criminales de la nueva generación de colectivos. Pero mientras que los colectivos se estaban sublevando, las Cupaz ofrecen control directo al Estado.

Después de su creación en 2019, las filas de las nuevas unidades de Cupaz se llenaron de miembros de los colectivos existentes, junto con funcionarios del gobierno local, militantes del PSUV y, principalmente, agentes de fuerzas de seguridad activos y en retiro. Todos ellos siguen una línea de mando directa que comienza en los escalones más altos del PSUV y sigue bajando hasta los gobernadores y alcaldes locales.

“Ellos fueron creados porque [el Estado] necesita un grupo que siga órdenes”, señaló un antiguo líder de un colectivo en el estado Lara, quien rindió su testimonio a InSight Crime bajo condición de anonimato.

Imponer orden a los colectivos
En los cuatro años que han transcurrido desde el lanzamiento de las Cupaz, la red se ha extendido a diez estados de Venezuela, según el seguimiento hecho por InSight Crime de ese grupo.

En cada uno de esos estados, las diferentes Cupaz comparten ciertas características. Usan uniformes negros de las Cupaz, suministrados por el Estado, muchas veces con armas y hasta motocicletas entregadas por el gobierno. Controlan las estaciones de combustible subsidiado y la distribución de alimentos, ambas lucrativas redes en el mercado negro. Y prestan servicios de seguridad a actores e intereses estatales, a la par que reprimen la actividad política de la oposición.

Un integrante de un colectivo de Caracas, hablando bajo condición de anonimato, dijo a InSight Crime que los colectivos o sus miembros se han unido a la red de las Cupaz, mientras siguen actuando con independencia.

En el otro foco importante de los colectivos en Venezuela, el estado Lara, las Cupaz no se están coordinando con los colectivos existentes, sino que los están absorbiendo o incluso desplazándolos.

“Las Cupaz son las que más poder tienen porque tomaron control de los servicios públicos”, señaló. “Van por ahí con pistolas, viven en la urbanización, y están encargados de la seguridad. Cuando ha habido operativos de seguridad en la urbanización, ellos son los primeros que han llegado en sus motocicletas”.

Además de ejercer el control social que ejercían los colectivos tradicionales, las Cupaz en Lara también actúan como red de acopio de información para las ramas represivas del Estado, según un excomandante de policía de Lara, quien habló con InSight Crime bajo condición de anonimato.

“La función de las Cupaz es hacer trabajo de inteligencia y reportarla al Sebin [Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional] y a las Faes”, explicó.

En otros lugares del país, este rol parapolicial ha pasado a ser la función principal de las Cupaz. Y en algunos lugares, el poder que eso les confiere ha llevado a las Cupaz a cruzar la línea hacia la delincuencia abierta.


Las Cupaz y las bandas

Cuando las Cupaz aparecieron por primera vez en la región en 2020, se convirtieron en una alternativa, aprobada por el Estado.

“Cuando llegaron, tomaron control de todo. Elementos de las Cupaz fuertemente armados te paraban para revisar tu identificación”, añadió el líder, quien solicitó que se reservara su identidad por temor a represalias.

Ese patrón se repitió en otros lugares de la región, donde las Cupaz ayudaban a desterrar a las bandas y luego ocupaban los espacios dejados por estas, para muchos, el nuevo dominio fue peor que el anterior.

“Las Cupaz en [el barrio] Mata de Coco lograron eliminar las bandas, pero ya empezaron a cobrar ‘seguridad’ a los residentes”, le relató a InSight Crimen una periodista local en Tomás Lander, quien solicitó que se mantuviera su anonimato por razones de seguridad.

Violencia imparable entre las entre los colectivos y las Cupaz
“Si despliegan Cupaz en Colina, los van a atacar hasta que hayamos matado a toda su gente”, advirtió Capa en una nota de voz que circuló por las redes locales de WhatsApp en marzo de 2023. “Si la gente acepta las Cupaz no podrán andar por ahí, ni siquiera los niños, porque habrá plomo volando por todas partes”.

El riesgo que plantean las Cupaz a las comunidades no es que queden atrapados en el fuego cruzado de sus conflictos, sino que las Cupaz se conviertan en bandas de un todo y por todo.

En el estado Anzoátegui, líderes políticos y comunitarios, que hablaron con InSight Crime de manera anónima por razones de seguridad, describieron cómo personas armadas pertenecientes a las Cupaz han estado acechando zonas rurales.

“Son líderes criminales en el sur de Anzoátegui”, comentó un líder comunitario.

En la noche “bloquean las vías en zonas agrícolas y ganaderas y extorsionan y amenazan a la gente”, relató. “Y en el día, van a las fincas a extorsionar a la gente. La policía no hace nada y la gente tiene demasiado miedo para denunciar esto”.

Las fuentes que hablaron con InSight Crime no tenían certeza sobre si la impunidad que cobija a las Cupaz se debe a que trabajan con la policía local, o a si la policía se siente demasiado intimidada por los escuadrones de las Cupaz, armados hasta los dientes, como para emprender cualquier acción en su contra.

Como sea, las señales de alerta son claras. Tal como los colectivos antes que ellos, las Cupaz pueden sentirse tentadas hacia la criminalización.

Anzoátegui no es el único estado en el que se están observando esas señales de alerta. También en Lara, hay indicios de que las Cupaz se están zafando del control de sus amos en el gobierno.

“Las Cupaz han excedido los límites en sus acciones de seguridad y lo que están haciendo es usurpar funciones. Hay varios que han sido acusados por los tribunales de usurpación de funciones, delitos agravados, robo”, señaló el comandante de la policía.

Por el momento, las Cupaz siguen siendo el instrumento multipropósito ideal para el régimen de Maduro: un grupo armado híbrido que puede ser controlado directamente por el Estado y que puede desplegarse contra cualquier cuestionamiento al poder estatal, ya sean amenazas específicas, como la oposición política, o los riesgos amorfos de descomposición social y económica.

Aunque los representantes del gobierno nunca lo han admitido, no cabe duda de que las Cupaz se inspiraron en los grupos armados híbridos originales que tuvo Venezuela: los colectivos.

*Este artículo hace parte de una serie de cinco entregas que describen la creación del Estado híbrido en Venezuela. Lea los demás capítulos de la investigación, el informe completo y la cobertura relacionada sobre Venezuela.

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