Así lo advirtió la agencia de calificación de riesgo Moody’s en el análisis crediticio anual del país y en el que se mantiene en B1 estable la calificación de bonos del gobierno.
La agencia estadounidense alerta que alrededor del 60% de la deuda pública está en moneda extranjera, exponiendo el balance del gobierno a las fluctuaciones monetarias.
El perfil crediticio de la nación en términos de solidez económica, solidez de las instituciones y de la gobernanza, solidez fiscal y susceptibilidad al riesgo de eventos son los factores sujetos de análisis de la metodología de calificaciones soberanas de Moody’s que desde septiembre de 2017 dio la nota a largo plazo de B1 estable.
Cinco años después 2022 la agencia Standard and Poor’s rebajó la perspectiva de estable a negativa y confirmó la calificación BB-/B para la deuda soberana de Honduras.Lo anterior se comunicó el pasado 21 de julio y responde al deterioro esperado de las finanzas públicas.
El encarecimiento de la nueva deuda pública a contratar es uno de los impactos directos de esta situación que se traducirá en una tasa del 12% a pagar si la actual administración pública decide colocar los bonos soberanos en el mercado internacional.
Estabilizar la deuda
“La perspectiva estable refleja nuestra expectativa de que las perspectivas de crecimiento a mediano plazo y el compromiso del gobierno con políticas fiscales y monetarias prudentes estabilizará la deuda, después del aumento inducido por la pandemia”, destaca el apartado de visión general y perspectiva del informe.
La calificación ante la susceptibilidad a evento de riesgo sigue en BA y en el caso de la resilencia económica es de B1. En cuanto a la puntuación de impacto crediticio de riesgos ambientales, sociales y de gobernanza (CIS ESG, por sus siglas en inglés) de Honduras es altamente negativo, reflejando su débil perfil de gobernabilidad y resiliencia limitada debido al bajo desarrollo económico.