Según información de Cohep, en el país casi un millón de jóvenes en las edades de 12 a 30 años no estudian ni trabajan, una cifra que puede ir aumentando para finales del año 2023.
A lo anterior se suma la falta de políticas públicas eficientes que procuren garantizar los derechos básicos de los jóvenes, y poco se ve la agenda política de Estado pasando por desapercibido o sencillamente las promesas de los gobiernos quedan en papel.
Estos problemas estructurales de pobreza, falta de empleo, violencia y migración son causas que pueden arrastrar a muchos a caminos de perdición.
Ante esta terrible situación, es necesario que el Gobierno ponga atención a la población adolescente y se enfatice en el talento y capacidades de modo de fortalecer y rescatar la juventud hondureña.